No pasa un solo día sin que note las carencias.Extraño a los que se fueron de mi lado por siempre, a los que se marcharon por decisión propia o ajena,a los que nunca estuvieron y a los que próximamente vendrán.Pero si hay algo que extraño con fuerza en estos días son los paseos por La Habana que dejé,aquella que ya nunca será igual,porque si La Habana tiene algo,es capacidad para cambiar constantemente,para debilitarse día tras día,para arrugarse hora tras hora.Aquella Habana se que ya no volveré a vivirla,aunque me queda un único consuelo,la sombra del recuerdo.Ese que nada ni nadie podrá borrar,porque solo me pertenece a mí,porque para ese recuerdo tan íntimo se ha de ser egoísta.Cada persona alberga en su mente su álbum personal de la memoria y ha de permanecer así,en una mochila invisible,liviana,pero penetrante.Como me dice siempre el bueno de Abilio Estevez,esa Habana que viviste la hiciste tuya y nadie podrá arrebatártela!Sus calles mal asfaltadas,sus edificios decadentes, sus vitrales descoloridos,sus olas rompiendo en los paseantes del Malecón,sus mirares...Tantas cosas,que me cuesta demasiado enumerar,que hasta me duele en ocasiones pensar que ya perdí esa Habana,la que habita en la sombra del recuerdo.
M
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