Leer estas estampas —como ocurre con las de Martí, Mañach, Carpentier, Zumbado, Manuel González Bello— me ratifica la pasión por este género que otro de los buenos, Rolando Pérez Betancourt, ha llamado jíbaro. En efecto, escurridiza, leve es esta vocación de apresar el olor de un mundo en unas pocas líneas.
Amado del Pino«Las Estampas de Secades no son otra cosa que un espejo fiel, certero, de figuras y hechos que forman parte de nuestra sociedad, que nos dicen con mucha profundidad —la profundidad no tiene nada que ver con la pedantería ni con el retorcimiento— cómo somos.»
Gastón Baquero
La Habana es triste
Habíamos quedado hace muchos años en que La Habana era una ciudad alegre.Lo bueno es que ya no lo es.Y lo seguimos creyendo.La Habana fue una ciudad alegre cuando fue una ciudad rica.Y los cubanos en vez de ir a Miami,iban a Europa.Se le fue la plata y se le fue la fisonomía.Hoy La Habana es una ciudad triste.Porque mantiene el luto entero de lo que fue.Y la esperanza ya convertida en amargura de lo que quisiera volver a ser.Hay un modo de ser criollo optimista.Pensando en el día en el que el guajiro le dé por sembrar.De La Habana alegre queda un residuo de seis noctámbulos que van a la cama cuando las criadas van al mercado.Unos cuantos cabarets con parejas de rumba y número de castañuelas.Y las academias de baile.Donde desplanchan el traje los que cogieron la centena.Por las calles que rodean el Parque Central,no circula otra alegría que aquella que de ven en cuando trae los turistas que vomitó el "Florida" en un espigón de verano eterno.Piadoso espigón el del "Florida".Con un médico gordo y calvo que nos registra la salud y nunca nos encuentra nada.Y unos agentes de aduanas que nos registran las maletas.Y tampoco nos encuentran nada.El turista es un tipo de saco de colores y esposa vieja,que se ha cansado de la civilización y busca lo primitivo.Fabricar lo primitivo cuando ya no existe,es una de las maneras de fomentar el turismo.
De ahí todo lo colonial hecho después de la colonia.Cuando el turista ve una calle estrecha,un tejado y una iglesia,saca la Kodak,igual que el cazador la escopeta.La Habana defrauda al turista que no la encuentra como la quisiera encontrar.Con peatones vestidos de toreros.Coches de caballos.Y negritos con la cabeza zambullida en una tajada de sandia.Un banquete para la lente.Los cubanos millonarios que viajaban mucho,cuando llegaban a Venecia sufrían un desengaño.Porque la creían una ciudad de amor y de maravillas.Y después comprendían que para el amor Venecia pone la góndola y el gondolero.Y el viajante tiene que poner la mujer.Venecia es la ciudad coqueta,con un espejo a los pies.Cuando nos miramos en el espejo del agua,tiembla el otro yo.Las luces más serias al reflejarse en el agua pierden la dignidad.Se arrugan y son como faroles de verbena.La contemplación del agua despierta en algunas personas el deseo de pescar.En otras estimula la inspiración.Los que no somos amantes de la pesca ni de la poesía,el agua nos da ganas de escupir en ella.Como cuando nos asomamos en la cubierta de un transatlántico.O cuando mordemos una aceituna.La aceituna es el fruto que huele a zapato nuevo y sabe a marisco.
Eladio Secades,1943
Fragmento del libro "Estampas"
Desde este humilde blog,quiero agradecer a Barbarito Biblioteca Cubana el regalo que me hizo al poner en mis manos esta joya literaria.Mil gracias Barbarito!
Dónde, dónde puedo conseguir un ejemplar???
ResponderEliminarEl solo fragmento que publicas punza mi fantasía y desenlaza tantísima añoranza que solo podré dormir cuando tenga esas ESTAMPAS en mi mano.
Gracias a Montse, a Barbarito Biblioteca Cubana y quien fue tejedor de aromas y paisajes habaneros: Eladio Secades.
Querida Perla,este ejemplar tan solo se consigue en La Habana,que es dónde recientemente se ha vuelto a reeditar.Es una joya que mi querido Barbarito tuvo a bien regalarme.Si tienes la posibilidad de que alguien pueda enviártelo desde allá,sé que lo disfrutarás mucho.Un gran abrazo.
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