"No siempre se necesitan provocaciones de la realidad,a veces el recuerdo aparece porque sí."
Abilio Estevez
Casa de Abilio Estevez en Marianao.Imagen de Abilio Estevez |
"Y cuando nadie escuche mis canciones ya viejas
detendré mi camino en un pueblo lejano,
y allí moriré..."
Rolando Laserie
A mi madre le encantaba esa canción.Solía cantarla en las tardes de los portalones con siete sillones de nuestra casona de Marianao,en el reparto Hornos,colindante con La Isla,a dos casas de la bodega de Plácido,a un costado de la fabrica de vinagre,frente al campo deportivo del instituto Marianao y casi frente al antiguo cuartel de Columbia.
Esa visión de mi casa y de mi madre en los portales es fugaz,y tampoco hay ahora ningún estimulo para despertar el recuerdo.Es sin duda resultado de mi bienestar.No siempre se necesitan provocaciones de la realidad,a veces el recuerdo aparece porque sí.Cada vez que descubro un relámpago de felicidad,por ejemplo,la brevísima luz me lleva a mi madre,a la casona de madera con los siete sillones.
Mi madre.Los sillones.Los portalones amplios,frescos.Las matas de mango,limones,guayabas,tamarindos y aguacates de nuestro patio,colindante con el otro patio,con La Isla,aquel que ardió,sin que nadie sepa bien por qué,la última noche del último diciembre de una época cuya delicia no sabíamos apreciar entonces.
Imagen de Abilio Estevez |
Cuando la visión se esfuma,suele dejar una sensación grata.
-Soy libre-digo.
Muy bien dicho,sí,y ¿qué entiendo por libertad?
Cada vez que hablo de libertad,me encojo de hombros.Quién sabe si alguna vez pueda explicarla.Y bien pensado,¿hará falta? Como buen cubano,nunca he sabido manejarme con especulaciones,con abstracciones (carencias por lo demás,que,como buen cubano,me importa poco).Si intento definir algo,consigo,a lo sumo,comparaciones, imágenes,figuras elusivas,ambiguas,imprecisas.Y citas,sobre todo de Martí.Nunca la precisión bruñida y recta del axioma.De ahí que carezca de importancia explicar que entiendo por libertad,qué quiero decir cuando sigo"soy libre".Sí puedo decir que me siento libre porque me creo invisible.
En efecto,nunca fui importante.Sólo lo fui para pocas personas.A esa falta que en mí se transformó siempre en gratificación se agrega ahora,en Barcelona,el don de la invisibilidad.Siempre fui considerablemente invisible. Aquí, en cambio,sí que "soy Nadie",como Ulises cuando logró escapar del gigante de un solo ojo.Nadie.Ni siquiera un "rostro en la muchedumbre".Más bien,la muchedumbre.
Abilio Estevez
Fragmento del libro El bailarín Ruso de Montecarlo
Editorial Tusquets
Me bebí este libro.
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