El anhelo de armonía es el primer axioma de la estética de Manny López, y así lo expresa en Yo, el arquero aquel, donde prima el deseo de abrazar el mundo, pues para él la realidad no es el conjunto de cosas que hay sino el fruto de un encuentro con ellas. Y es que la realidad, para el poeta se anticipa y se presenta, pero no de un modo cortés. Y Manny, cuando se encuentra en algún oscuro desierto de la vida, acelerará su paso para buscar refugio en el arte, especialmente en la poesía. De esto y del amor habla su libro; a veces habrá momentos en los que la llama se libera de la leña y victoriosa se eleva agitándose sobre las cenizas, pero cuando llegan esos otros momentos en los que la llama se eleva y cae y se quiebra hasta que se consume, entonces de Manny López sale el guerrero a humear la llama, pelea y la apaga. Manny se siente llamado, como alguien que ha hecho de su vocación la esencia de su vida. Yo, el arquero aquel parece un libro de amor pero es eso y más, es la saga de un guerrero luchando con su alma; es el primer libro de Manny, un libro cuidado y bien escrito, donde las situaciones, los objetos al alcance de la mano, son interrogados por un escritor perceptivo que le devuelve a las cosas inanimadas y a las escenas anónimas su modesta singularidad, su discreto heroísmo. Creo que Manny, como el poeta Bertold Brecht podría decir "me parezco al que llevaba el ladrillo consigo para mostrar al mundo como era su casa".
Elena Tamargo
Yo,el arquero aquel (Editorial Velámenes) se presentará en Akuara Teatro, el próximo 20 de octubre. Los que puedan asistir a la presentación serán muy dichosos al poder descubrir a uno de los señores con más sensibilidad y talento de las letras cubanas contemporáneas. Para los que no puedan asistir, recomendarles que no se pierdan la lectura de Yo,el arquero aquel, un libro escrito, con un alma muy bella.
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