jueves, 4 de agosto de 2011

El peso de una Isla




Cuando vengan a buscarme
para ir al baile de los cojos,
diré que no uso muletas,
que mis piernas están intactas.
Bailaré cha-cha-cha y son
hasta caerme en pedazos,
pero ellos insistirán
en llevarme a ese baile extraño.
Con dos hachazos estaré listo,
con dos muletas iré remando,
y cuando entre por esa puerta
me pondrán una coja en los brazos.
Ella me dirá: ¡Amor mío!,
yo le diré: ¡Mi adorada!,
¿cómo fue lo de tus piernas?
¡cuéntame, que estoy sangrando!
Ella, con gran seriedad,
me contará que fue a palos,
pero haciendo de sus tripas
corazón como un brillante,
lanzará una carcajada
que retumbará en la sala.
Después, daremos las vueltas
de estos casos obligados,
saludaremos a diestra, a siniestra
y a muletazos.
Y cuando nadie lo espere,
a las dos de la mañana,
vendrá el verdugo de los cojos
para que no queden rastros.
Virgilio Piñera



Ni blanco ni negro. Carlos Quiles

"Agradece al tiempo que, mucho más sabio que tú, no apresure tus horas de dolor ni se demore en tus momentos de dicha, sino que te los mida con la misma igualdad, con la misma ecuanimidad generosa".
Vicente Gaos
















Os presento algunos de los trabajos, realizados en La Habana,por el fotógrafo Carlos Quiles. Si queréis conocer más trabajos de él,os invito a visitar www.carlosquilesfoto.com

2 comentarios:

  1. divina poesia de Virgilio, cargada de ese humor sui generis que lo destacaba...

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  2. Siempre que leo a Virgilio siempre me da la impresión que sus versos son afilados, una suerte de dardos pulidos y relumbrantes. Gracias también por las fotos, son excelentes!

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