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sábado, 23 de julio de 2011
Un atisbo de esperanza
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domingo, 24 de abril de 2011
Luz de eternidad. Hermán Puig
La vida es la ladrona que roba instantes, aire, sueños, inquietudes y esas pequeñas cosas que hacen que nuestros días adquieran razón y esperanza. A día de hoy, he de confesar que mis días van y vienen, que con ellos llegan sueños e inquietud, pero también se va algo de esencia, no porque la olvidemos al doblar una esquina, sino porque en muchas ocasiones la compartimos con los que nos hacen más amable la vida. Hoy fui yo la que tuvo la oportunidad de conocer una esencia pura, un aire luminoso, un sueño por venir y una inquietud por lo bello, en persona, en presencia, al inmenso Hermán Puig.
Fundador de La Cinemateca de Cuba, en 1948, junto a Ricardo Vigón .Fue realizador de varios cortometrajes junto a Carlos Franqui, Ramón F.Suárez, Edmundo Desnoes, Guillermo Cabrera Infante y Néstor Almendros. En 1961, Alfredo Guevara silencia el legado de Puig y Vigón , creando el ICAIC. La imposición del silencio lleva al exilio a Puig que se refugia en un Madrid áspero, dónde comienza a desarrollar su carrera como fotógrafo. Sus trabajos sobre el desnudo masculino no son bien vistos por la España sombría y decide trasladarse a Paris, dónde su trabajo y talento, es reconocido y encumbrado, como uno de los fotógrafos pioneros en el desnudo masculino. Cuando muere el franquismo, Puig se instala definitivamente en Barcelona, dónde a día de hoy sigue creando y dando luz a la belleza de los cuerpos.
Hermán Puig enternece, envuelve y regala calor y sabiduría en cada una de sus reflexiones. Estar cerca de él, es estar cerca de una luz que atrapa y que te alimenta de instantes fascinantes, de momentos sublimes y de alientos de eterna juventud.
"La felicidad te da lo que el placer te promete"
Hermán Puig
A ese alto y elegante caballero
de barba cana y perladas sienes,
andar pausado y patricio gesto,
lo saludan palomas y vecinos.
Los góticos portales lo saludan.
Más ese alto y elegante caballero
de perladas sienes y canosa barba,
el del patricio gesto y el andar pausado,
al que saludan las calles de su barrio,
las palomas,la flor de los vecinos,
los góticos portales...no es El.
El es un ser disfrazado de su opuesto,
un joven retador y zalamero
una artista sin par, siempre habanero,
casto devorador de la belleza,él marcha.
Hermán Puig nos dice que se llama.
José Antonio Aguado (Apócrifo Barón de Corbó)
Si queréis descubrir la inmensa obra de este fantástico artista, os invito a visitar www.hermanpuig.com
Por último ,agradecer a Alexis Lago ,la posibilidad de conocer a un ser repleto de luz ,ternura, sabiduria e historia viva de la Cultura Cubana. Mil gracias Hermán, por abrirme las puertas de tu saber y tu alma.
M
domingo, 27 de febrero de 2011
Agua habanera,bendita agua.
Agua escondida
Tú eres el agua oscura
Que mana por dentro de la roca.
Tú eres el agua oscura y entrañable
Que va corriendo bajo la tierra,
Ignorada del sol,
De la sed de los que rastrean la tierra,
De los que ruedan por la tierra.
Tú eres agua virgen sin destino y sin nombre
Geográfico; tú eres la frescura intocada,
El trémulo secreto de frescura, el júbilo secreto
De esta frescura mía que tú eres, de esta agua
Honda que tú has sido siempre,
Sin alcanzar a ser más nada que eso;
Agua negra, sin nombre...
¡Y apretada, apretada contra mí!
Dulce María Loynaz
La imaginación del talento. William Rios
"Nuestra imaginación nos agranda tanto el tiempo presente, que hacemos de la eternidad una nada, y de la nada una eternidad".
Blaise Pascal
Esta es una pequeña muestra del trabajo que realiza el artista cubano William Rios,al que le agradezco desde aquí su generosidad y querencia.
Tú eres el agua oscura
Que mana por dentro de la roca.
Tú eres el agua oscura y entrañable
Que va corriendo bajo la tierra,
Ignorada del sol,
De la sed de los que rastrean la tierra,
De los que ruedan por la tierra.
Tú eres agua virgen sin destino y sin nombre
Geográfico; tú eres la frescura intocada,
El trémulo secreto de frescura, el júbilo secreto
De esta frescura mía que tú eres, de esta agua
Honda que tú has sido siempre,
Sin alcanzar a ser más nada que eso;
Agua negra, sin nombre...
¡Y apretada, apretada contra mí!
Dulce María Loynaz
La imaginación del talento. William Rios
"Nuestra imaginación nos agranda tanto el tiempo presente, que hacemos de la eternidad una nada, y de la nada una eternidad".
Blaise Pascal
Esta es una pequeña muestra del trabajo que realiza el artista cubano William Rios,al que le agradezco desde aquí su generosidad y querencia.
domingo, 20 de febrero de 2011
Intimidad de domingo
Los días

baja hasta perder su definición
y no saber si la luz sale de mí (adentro)
me bebe hacia sus claros horizontes, o está pintada
al borde del muro para continuar
el enceguecimiento de su propia claridad.
Yo extraño, la canción que de mi boca recorría
el tiempo inmenso En cada sílaba de su penetración.
Eso era ser joven. cuando aún, verde y tibia
Masticaba las ramitas de toronjil con indiferencia.
Lívida, hoy cruzo este discurso de los días
que ya no pueden sorprenderme
-con su arete pequeño de plata en el lóbulo izquierdo-
bestia y muchacho, para recorrer el resultado feroz de los días
su alucinación de oscurecer sin morir en la carrera
hacia la perdición.
Un azoro en la nuca
y ser el rostro efímero de cualquiera
(de la mujer del disco, por ejemplo) que se raya
al volver desde tus manos grandes.
Un rostro, que sobreimpuesto al mío,
es un rostro encarnizado en morir bajo la misma luz
donde ella y yo hemos permanecido
en lo curvado
en lo que se ha hecho grieta al roer de los días
en lo que ya no te pertenece
en lo que ya no es mi juventud
y todo queda amenazado por la curva
que la trajo y me regresa.
Reina María Rodríguez
Los pasos perdidos. Michael Eastman
"Aprendí pronto que al emigrar se pierden las muletas que han servido de sostén hasta entonces, hay que comenzar desde cero, porque el pasado se borra de un plumazo y a nadie le importa de dónde uno viene o qué ha hecho antes".
Isabel Allende
Si queréis conocer más trabajos de este extraordinario fotógrafo,os invito a visitar www.eastmanimages.com
lunes, 10 de enero de 2011
La Dama del sentir. María Elena Cruz Varela
Nocturno con premeditación y alevosía
-
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Señoras y señores:
Ahora que en el reloj se acaba de ausentar la medianoche, he de hacer un discurso.
Debo hablar de mi padre.
Sí, trazar un argumento y posponer un brindis por su melancolía.
Por su fea costumbre de andárseme escondiendo, sentándose a llorar en los aguacateros,
madurando los frutos con los hilillos acres de su llanto de pobre niño huérfano. Calándome la rabia entre los huesos y este sabor a sal y esta impotencia.
No. No digas nada. Soy yo quien voy a hablar. Éste es mi turno. No mires a otro lado ni vuelvas a ponerles dogal a las palomas.
Te fuiste tú primero. Abandonaste el juego dejándome en el patio, con los ojos vendados y un rosario de cuentas malamente ensartadas.
Te pedí que esperaras y no me hiciste caso.
Así es que, ahora te callas tú y escucha simplemente mi alarido, porque estoy muy cansada, sabes, de soportar tu ausencia tan igual a un reproche. Te pedí que esperaras y era partir las culpas en todas las porciones necesarias.
Yo sola no podía atravesar el limbo, decorar las estancias y cargar con el peso de las constelaciones. Te pedí que esperaras.
Pero era demasiado. Nunca llegué. Y si llegué, no estabas Permanecí en silencio dando la otra mejilla, pero era demasiado.
Ahora lo digo todo. Ven. Apoya la certeza sobre la blanda nube de mi almohada.
Se acabó. Sí. Con la punta del dedo trazo un leve dibujo sobre las duras líneas de todas las espaldas.
Se acabó. Ya se han marchado todos. No hay más voces, ni ruidos.
A tu esfera celeste no hay música que valga. No hay cuerpos derramando su jugo en los jardines. Todos se han ido ya.
Se los tragó la noche por esa mueca abierta de su boca macabra. Ya todo terminó. Deja de revolcarte en la ceniza. Deja de hacer el tonto. Es el final. Contra la indiferencia no hay discursos que valgan. Inútil transferir los argumentos.
Los que no se despiden sólo quieren dejarnos girones de memoria y un gusto a salazón, a alevosía. A deshechos nocturnos. A superficie ingrávida. Quise hablar de mi padre. De su ausencia perpetua. De su nariz ganchuda, su pálida sonrisa y el corazón tan gris de su retrato.
La mano tiernamente metida en el bolsillo de ese señor extraño es un aviso. Una cita pospuesta. Otra calamidad.
Deja ya de mecerte en la cuerda del ahorcado. Deja de maquillarte. Pórtate bien. Cuida las apariencias.
Pero ese no eres tú. Ni esas son tus palabras. No sé dónde escondimos el cinturón de cuero, ni el ciruelo del patio, ni el cantero de adelfas está para llorarnos. Deja ya de joder con acertijos y deja de burlarte de mi espanto.
Yo no tengo la culpa de que tan sólo fueras el padre mi carne tan igual a la carne que algún día marchará tras la tuya. Ven. Dejaré que mis muertos entierren a tus muertos mientras salvo la vida. ¿No ves que se acabó? No puedo acompañarte en este largo oficio de difuntos. Óyeme bien: es demasiado tarde y no puedo volver.
Es hora que renuncies a las escaramuzas.
Pasó la medianoche de este tiempo de brujas. ¿Es que no te das cuenta de que he crecido tanto, que hasta puedo soltarle un dulce parlamento a las estrellas?
María Elena Cruz Varela
Poema inédito publicado en www.eforyatocha.com
jueves, 6 de enero de 2011
El habanero de las ausencias. Alexis Díaz Pimienta
Poema coloquial sin motivo aparente
Este documental de La Habana a principios de siglo,
con sus tranvías, con su gente apurada
caminando hacia mí;
esas escenas en blanco y negro como la vida misma,
los anuncios lumínicos, los sombreros,
las insólitas faldas de las señoritas;
este documental donde yo no aparezco todavía
pero la lógica indica que pasaré
por esa esquina exacta,
que tomaré el tranvía hacia los ojos de otra gente;
esos recodos de la ciudad
donde el tendido eléctrico
está lleno de pájaros,
y las columnas cubiertas de propaganda electoral,
y los balcones de las casas con niños
que peligran en los barandales;
este documental donde un desconocido
mira hacia la cámara
sin saber que seguirá mirándome
tantos años después;
este documental que no ganará premios
ni resiste el más leve comentario crítico,
que nadie viene a ver a este cine olvidado
de un pueblo de campo;
que la proyeccionista accedió
a proyectarlo con fastidio;
este documental, triste y silente,
me ha recordado, no sé por qué,
los ojos de Natalia.
Alexis Díaz Pimienta
Perteneciente al libro "Fiesta de disfraces" (Ed.Calambur,2008)
ALBERTINA NO SE PONE VIEJA
Hoy he caminado con mi madre por lo que fue su barrio.
La calle Infanta sigue igual, dice,
solo que están más sucias las paredes,
se han caído demasiadas columnas,
no hay letreros ni anuncios lumínicos
ni venta de refresco y panes con bisté
ni putas que se ofrecen en las puertas de sus casas
ni patrullas que asusten a las adolescentes.
Ya ni siquiera sigue el gordo Luis, dice, herniado,
sentado en el portal, contando guaguas.
A mi madre no la dejaban andar por estas calles
porque era joven y decente, negra y decente,
virgen y decente, así que caminaba
más de lo necesario para ir hasta su escuela.
El edificio de Carteles —dice— sigue pintado igual.
Y ésta era la bodega del gallego Joaquín
—dice— que le ponía sombrero a su mujer
para que nadie la mirara. Mi madre no se emociona,
habla como una exploradora con catacumba propia.
La observo: falda corta, de cuadros, plisada,
zapaticos de correas,
moños trenzados y delgadez extrema.
A esta hora mi padre está en Pinar del Río
con un machete en alto, tumbando cañas
que luego venderá en la plaza de Cuatro Caminos,
a unas cuadras de Infanta, sin que mi madre sospeche
que el guarapo conque calma su sed la llenará de hijos.
Mi padre ni siquiera sabe, a estas alturas,
cómo se cruza Infanta. Ignora, incluso, que el barrio Pajarito
es un barrio de putas, y que por eso no se puede encontrar
con mi madre mientras arrastra su carreta.
Son los años cincuenta.
El cabaret Las Vegas se inunda de jazz
y recostados sobre las victrolas
lloran a coro todos los borrachos de la Habana Vieja.
Errol Flyn se bate a muerte con Beny Moré,
y José Antonio Echevarría detiene los relojes del país
en el preciso instante en que mi padre
cruza Infanta por primera vez
y ella le da las gracias por cargarle los libros.
Entonces, él la invita a un primer vaso de guarapo fresco.
Luego, mi madre supo que a José Antonio
lo acribillaron en la escalinata,
que La Lupe puso a temblar Las Vegas,
que el joven del guarapo se llamaba Jesús.
Y todo en este barrio, dice,
un sitio de La Habana que sigue igualitico igualitico,
sólo que ella ya no tiene quince años.
Alexis Díaz Pimienta
Quiero agradecer especialmente la generosidad de Alexis Díaz Pimienta por regalarme estos poemas y la posibilidad de compartirlos con todos vosotros a través de este espacio.Si queréis disfrutar de la obra de este artista os invito a visitar www.alexisdiazpimienta.es.tl Un abrazo a todos!
M
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