Chano Pozo nació en La Habana el siete de enero de 1915. Limpió zapatos y vendió periódicos, tocó música en muchos lugares y hasta bailó en la conocida comparsa habanera de "Los Dandy". Fue calificado por el etnólogo e investigador de la cultura afrocubana Don Fernando Ortiz como un revolucionario musical por su influjo directo, inmediato y eléctrico.
viernes, 28 de octubre de 2011
La Guayabera cremita de Lino. Eliseo Alberto
Ese viernes 31 de octubre, como cada mañana después de tirar a la basura el culero de periódicos con que protegía la colchoneta, y antes de echarse encima un cubo de agua, Lino debió tomar una decisión que no por repetida dejaba de resultar angustiosa: o elegía la camisa azul o elegía la verde, pues se había propuesto que la guayabera cremita, tercera prenda presentable, luciese como nueva la fecha de sus funerales. Mientras llegaba el momento sólo se atrevía a ponérsela domingos alternos y evitar así que se gastara en compromisos mundanos. Esa precaución, que pudiera parecer en extremo anticipada, presidía su catalogo de obsesiones.
Imagen de Roberto Morejón |
Los domingos que sí, se iba a pasear bajo los portales de sombras frías de Infanta y se ocupaba de recoger papeles y cartones que luego depositaba en los cestos de basura, refunfuñando entre dientes como si a nadie mas le interesase que la porquería fuera invadiendo la ciudad, ripio a ripio. Los domingos que Lino no ("los nones",decía) se ponía la guayabera cremita y también daba la ronda, sólo en horas de la noche, cuando los gatos son pardos y nadie se fija en la facha de los ancianos fantasmales.
Eliseo Alberto
Fragmento del libro Esther en alguna parte, Editorial Espasa
miércoles, 26 de octubre de 2011
Si rompes la palabra,rompes tu alma. Omar Sosa
"Creo más en la fuerza de los ancestros, en las raíces, que en los políticos. Aunque a través de la música también se hace política"
Omar Sosa
Otro silencio,otro sentir.Digdora Alonso
Micros
(Fragmentos)
(Fragmentos)
La música de las esferas
el sonido de la sangre en su torrente
y el de la sombra
el sonido de la sangre en su torrente
y el de la sombra
¿A dónde irán las notas de los saxófonos
matando como truenos?
¿Qué tempestades de aire
desato con mi brazo al moverlo?
¿Qué seres arrastraré en el torbellino?
matando como truenos?
¿Qué tempestades de aire
desato con mi brazo al moverlo?
¿Qué seres arrastraré en el torbellino?
Hay un mundo de colores y formas
en la pared más blanca
oculto.
Como los edificios en las lejanías.
en la pared más blanca
oculto.
Como los edificios en las lejanías.
Tan dentro de mis manos
que no puedo asirlos
tan cerca y, sin embargo,
tan semejantes a las galaxias.
que no puedo asirlos
tan cerca y, sin embargo,
tan semejantes a las galaxias.
En el túnel que se forma
entre mis pies y la tierra
¿Qué eclipses producirán mis pisadas?
¿Qué nube yo
adonde llego
enormemente invisible,
lentamente avanzando?
entre mis pies y la tierra
¿Qué eclipses producirán mis pisadas?
¿Qué nube yo
adonde llego
enormemente invisible,
lentamente avanzando?
No te hace daño el gigante mío
te piso y no te alcanzo
mi peso te llega
como a mí la mole de la luna.
te piso y no te alcanzo
mi peso te llega
como a mí la mole de la luna.
Desde el crepúsculo
Te voy a ver y hasta la tierra inerte
danza bajo mis pies,
te voy a ver y tiemblan conmigo
las puntas de mi pañuelo,
las perlas de mi collar.
Te voy a ver
y estoy llorando ahora
por todas las mujeres sin amantes,
te voy a ver y no me perfumo
por no tener el olor
de ninguna otra mujer del mundo. Casa difícil
Hoy que te abres como un sol de estío
sobre mi soledad anochecida,
hoy tengo el corazón tan despiadado
como un impermeable de soldado
donde ni más lágrimas se quedan.
Casa difícil sin ninguna puerta
a cal y canto mía, casa sin techo,
para llegar a sus intimidades
hay que subir el aire, trecho a trecho.
lunes, 24 de octubre de 2011
La sutileza del color. Leopoldo Romañach
De padre catalán y madre cubana,nació Leopoldo Romañach Guillén el 7 de octubre de 1862 en Corralillo,antigua provincia de Las Villas. Fue director de San Alejandro de 1934 a 1936. Con motivo del cincuentenario de su ilustre magisterio, en 1950 fue designado Director Honoris Causa de esa institución. Romañach, junto con Menocal, son apreciados como los pintores académicos que con mayor excelencia cierran el siglo XIX y abren el XX. Con su obra dieron paso a la pintura moderna en Cuba.
domingo, 23 de octubre de 2011
In memoriam. David Lago
Había nacido en Camagüey (Cuba) el 21 de mayo de 1950. Era un poeta poseedor de un estilo desgarrado con el que labró su obra casi en silencio. Murió el martes 18 en un hospital madrileño, dejándonos sumidos en una callada tristeza.
Algunas cosas que Ulises ha olvidado
No recuerdo el significado de la palabra "soñar".
Sé que tenía año, hace ya uno, pero lo perdí.
Tampoco recuerdo en qué lugar lo perdí.
Sé que tenía uno, pero nadie hoy me ayuda a encontrarlo.
Sé que tenía año, hace ya uno, pero lo perdí.
Tampoco recuerdo en qué lugar lo perdí.
Sé que tenía uno, pero nadie hoy me ayuda a encontrarlo.
No recuerdo el significado de la palabra "creer".
Sé que tenía uno, hace ya años, pero se me extravió.
No sé si lo perdí en un viaje o me lo robaron del bolsillo.
Sólo sé que miro por todas partes y no lo encuentro.
Sé que tenía uno, hace ya años, pero se me extravió.
No sé si lo perdí en un viaje o me lo robaron del bolsillo.
Sólo sé que miro por todas partes y no lo encuentro.
Si el mundo termina alguna vez
Si el mundo termina alguna vez,
seguramente lo hará en un domingo como éste madrileño, tarde última de marzo,
en que se quiebra tan sonoramente mudo el cielo sobre nuestros hombros.
Nosotros dos, en el asiento de un autobús camino del centro
Y entre medias un pálpito de penas, temblor de antílopes africanos
paralizados por un sordo rumor que les advierte inútilmente.
Si el mundo termina alguna vez, nos escogerá a nosotros, y al domingo,
y nos hará viajar por estrechas calles que una vez representaron algo para alguien,
y hoy son sonámbulos humos de hermosos muchachos arruinados
quedamente en busca de un cataclismo sin movimiento.
No habrá fuegos, ni un solo clavo candente nos quebrará el pecho;
no habrá lluvias, ni mares que en mitad de un continente nos aneguen las espaldas, ni explosiones que nos llenen los ojos de rojo atardecer sobre colinas impalpables;
sino que todo se irá yendo, escapándose suave pero tan profundamente doloroso
que cerraremos los ojos para quedarnos como adormecidos
-pensaremos entonces- cuando en realidad nos dormiremos para siempre.
Nos daremos cuenta porque nuestras manos, aun estando juntas,no
irán traspasando de espacios nunca más atravesados, como si la ausencia les fuera añadiendo invisibles capas de distancia y ya fueran sólo recuerdo.
Nos parecerá que recordamos un ocaso ya sucedido
que sacamos del sueño, como a nuestros cuerpos,
a un último paseo entre sombras que están y no están.
seguramente lo hará en un domingo como éste madrileño, tarde última de marzo,
en que se quiebra tan sonoramente mudo el cielo sobre nuestros hombros.
Nosotros dos, en el asiento de un autobús camino del centro
Y entre medias un pálpito de penas, temblor de antílopes africanos
paralizados por un sordo rumor que les advierte inútilmente.
Si el mundo termina alguna vez, nos escogerá a nosotros, y al domingo,
y nos hará viajar por estrechas calles que una vez representaron algo para alguien,
y hoy son sonámbulos humos de hermosos muchachos arruinados
quedamente en busca de un cataclismo sin movimiento.
No habrá fuegos, ni un solo clavo candente nos quebrará el pecho;
no habrá lluvias, ni mares que en mitad de un continente nos aneguen las espaldas, ni explosiones que nos llenen los ojos de rojo atardecer sobre colinas impalpables;
sino que todo se irá yendo, escapándose suave pero tan profundamente doloroso
que cerraremos los ojos para quedarnos como adormecidos
-pensaremos entonces- cuando en realidad nos dormiremos para siempre.
Nos daremos cuenta porque nuestras manos, aun estando juntas,no
irán traspasando de espacios nunca más atravesados, como si la ausencia les fuera añadiendo invisibles capas de distancia y ya fueran sólo recuerdo.
Nos parecerá que recordamos un ocaso ya sucedido
que sacamos del sueño, como a nuestros cuerpos,
a un último paseo entre sombras que están y no están.
-No digas una palabra, por Dios. -
Si el mundo acaba alguna vez, será en la tarde
de un domingo último de marzo, en Madrid,
v donde quiera que estemos nos buscará para reunirnos,
camino del centro, donde entre los fantasmas
ocultaremos nuestro triste temblor de antílopes falleciendo.
de un domingo último de marzo, en Madrid,
v donde quiera que estemos nos buscará para reunirnos,
camino del centro, donde entre los fantasmas
ocultaremos nuestro triste temblor de antílopes falleciendo.
El obrero del placer (o el placer del obrero)
Cambiaría el placer y el dolor de escribir todos
y cada uno de mis versos
por el incomparable deleite indoloro de adentrarme con mi boca
tras las Puertas de Petra.
Ah, esa Petra desnuda, suave y dura,
que se alza sobre El Ghor de mi lecho
y me deslumbra cuando el sol de mis ojos fulgura a su entrada
y, como en un milagro, fuerza a que sus puertas se abran para mí,
sólo para mi.
Sus goznes chirrían de inconmensurable placer,
y las herramientas del obrero tienen también sonidos de goce
al engrasar lo que el tiempo guardó cerrado para él,
para que sus manos cogieran
—una por aquí, la otra por acá—,
y cada uno de mis versos
por el incomparable deleite indoloro de adentrarme con mi boca
tras las Puertas de Petra.
Ah, esa Petra desnuda, suave y dura,
que se alza sobre El Ghor de mi lecho
y me deslumbra cuando el sol de mis ojos fulgura a su entrada
y, como en un milagro, fuerza a que sus puertas se abran para mí,
sólo para mi.
Sus goznes chirrían de inconmensurable placer,
y las herramientas del obrero tienen también sonidos de goce
al engrasar lo que el tiempo guardó cerrado para él,
para que sus manos cogieran
—una por aquí, la otra por acá—,
abriéndola de par en par, quedándose sin aire,
penetrando,
muriéndose,
celebrando y glorificándose a sí mismo por conquistar el reino de nabateos,
él, un simple y modesto obrero del placer que no merece tanto reconocimiento
y que el destino convierte en guardián de los dioses secretos.
penetrando,
muriéndose,
celebrando y glorificándose a sí mismo por conquistar el reino de nabateos,
él, un simple y modesto obrero del placer que no merece tanto reconocimiento
y que el destino convierte en guardián de los dioses secretos.
La deuda pendiente. Enrique Martinez
“Me encuentro trabajando en una deuda pendiente. Hace varios años Eliseo Alberto (Lichi) y yo comenzamos un loco-libro-loco que nunca terminé. Con mucho cariño estoy haciendo garabatos para que, dondequiera que esté, se divierta conmigo. Aquí les ofrezco un pequeño anticipo.”
Enrique Martinez
Si queréis conocer más trabajos de este maravilloso ilustrador cubano, os invito a visitar www.ilustraciones-enrique-martinez.com
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