Me complace haceros participes de este próximo homenaje que se hará, en Barcelona, al escritor Virgilio Piñera con motivo del centenario de su nacimiento. Hace unas semanas,tuve la oportunidad de disfrutar de esta lectura y quedé fascinada con el excelente trabajo de realizan estos actores dirigidos magistralmente por Alfredo Alonso.A todos los que podáis asistir ,ahí va la invitación,se que os va a encantar.
Lectura dramatizada: “Dos viejos
pánicos”
Con motivo del centenario del
nacimiento del escritor cubano Virgilio Piñera,lectura dramatizada
de “Dos viejos pánicos”,pieza con la que el autor obtuvo en 1968
el Premio Casa de las Américas.
En esta escinificación,dirigida por el
actor cubano Alfredo Alonso y con la interpretación de los actores
Alicia González Laá y Joaquin Daniel, dos ancianos inventan un
juego para esquivar la muerte.
Virgilio Piñera, icono de las artes
escénicas cubanas,es considerado por su tratamiento del absurdo,la
crueldad,el surrealismo y el existencionalismo como el gran renovador
del teatro moderno cubano.
Día: 19 de julio a las 20h
Lugar: Casa América Cataluña
c/Córcega, 299, entresuelo08008 Barcelona
Fragmento
Dos camas de una sola plaza, separadas
por un espacio circular marcado
en rojo. En una de la cama está Tabo,
arrodillado de espaldas al
público, recortando figuras de una
revista. En la otra está Tota,
su mujer, de cara al público; saca de
una gran cartera una copa
y una botella de agua. Fotos de caras
masculinas y femeninas
en las paredes. Luz blanca.
Tota: (A Tabo) Tabo.
Tabo: (Sin volverse) ¿Qué?
Tota: (A Toba) Vamos a jugar.
Tabo: (Sin mirarla) No.
Tota: ¿No? ¿Y qué haremos? ¿Mirarnos
las caras? (Pausa) No pienses que
voy a perder mi tiempo hablando. ¿No
te parece que después de veinte
años juntos quede algo por decir?
Tabo: Bueno, si no queda nada por
decir, entonces nos callamos. (Pausa.
Coge una página de la revista y sin
volverse se la extiende a Tota) Mira,
puedes ayudarme.
Tota: ¿Ayudarte? (Riendo) ¿Ayudarte a
ti, precisamente a ti? La única ayuda
que te daría sería un empujón.
Tabo: Tota, ¿un empujón?
Tota: Pues claro, un empujón, así
(Hace la acción) y no cuentas el cuento.
Tabo: ¿Un empujón? ¿Dónde, Tota?
Tota: Un empujón, un buen empujón por
la espalda cuando te viera parado
al borde de un precipicio.
Tabo: ¿Estás segura, Tota? Yo tengo
ojos en la espalda. (Se para, llega a la cama
de Tota, sube, se pone de espaldas a
Tota) Mira, ese es el precipicio, yo estoy
de espaldas a ti, tú me empujas…
Empújame, Tota. (Tota lo empuja, Tabo
no se mueve) ¿Lo ves? Será mejor que
te pongas a recortar figuras. Ya te he
dicho que es lo mejor que podemos
hacer. Recortar y quemar. Sí, Tota,
hay que quemar a la gente. Ayer quemé
doscientas, y hoy pienso quemar quinientas. (Se incorpora lentamente
hasta pararse, después baja y
se dirige a su cama).
Tota: (Que ha empezado a hablar desde
que Tabo empezó a incorporarse. Con
tono conminatorio) Tabo… (Pausa)
Tabo, ven acá. (Sube la voz) Saco de
huesos, viejo cañengo, ven acá.
Tabo:(Que de nuevo recorta figuras en
la misma posición) Hoy quemaré quinientas.
Tota: (Se para, se pone las manos en
las caderas, echa el cuerpo hacia adelante) Tabo, después no grites
cuando te lo enseñe. Tabo, Tabito, ven
acá… es por tu bien. Cuando te lo
enseñe y te dé el ataque, voy a dejar
que te revuelques echando espuma por la
boca. (Pausa) ¿Te imaginas
lo que puede pasarte si te da el
ataque? Tabo, tú estás muy mal; ¿qué
fue lo que el médico te dijo? (Imita
la voz de un hombre) Señor Tabo,
nada de emociones. Tiene la presión
muy alta y cualquier cosita…
Tabo: (Sin volverse, con voz
suplicante) Tota, no sigas.
Tota: (Baja de la cama) ¿Que no siga?
(Camina hacia Tabo, sigue hablando)
¿Que no siga, Tabo? (Se ríe) Tabo,
dos infartos, un principio de hemiplejía, un edema, un edema
pulmonar, sesenta años. Todo eso deja
huellas. (Pausa) Vamos a jugar, si no
me complaces te lo enseño y esta
vez no cuentas el cuento. (Pausa, llega
a la cama y le pone una mano en el
hombro) Viejo cretino, ¿tú crees que
ahora es como antes? No, ahora
no es como antes. Ahora no puedes salir
y dejar que Tota se quede en
la casa pensando: ¿a dónde habrá ido
Tabo? ¿Qué estará haciendo?
¿Con qué mujer se acuesta? ¿Quién
le saca el dinero? (Le mete una
mano en un bolsillo del saco) Tabo,
aquí no hay un kilo (Mete la otra en
otro bolsillo) Y aquí tampoco. Ahora
no es como antes y como ahora
no es como antes, si te lo enseño te
dará el ataque, y como los infartos, la hemiplejía y el edema dejan
huellas, esta vez no contarás el
cuento. (Pausa. Le pone las manos en
los hombros y lo obliga a volver la
cabeza hacia ella) Dime, Tabo,
contéstame, Tabo, decídete, Tabo.
Tabo: (Hace un movimiento violento)
Tota, tú no me lo vas a enseñar, tú no
puedes hacerle eso a tu Tabo, tú no
quieres que tu Tabo se muera.
Tota: (Se ríe) ¡Óiganlo! Como
siempre, como si ahora fuera como antes.
Tota, loca de amor por Tabo, Tota
suplicándole a Tabo. (Hace como que
suplica) Tota arrodillada ante Tabo (Se
arrodilla) Tota llorando porque
Tabo tiene otra mujer (Llora. Pausa)
¡Viejita, vuelve a ti materia! Claro
que no quiero que Tabo se muera, si se
muere, Tota se queda sola, se
aburre. Pero Tabo no quiere morirse,
¿no es cierto, Tabo? ¿No es cierto
que tú no quieres morirte? (Lo coge
por debajo de los hombros) Ven acá,
déjame ayudarte. (Con voz amorosa)
Vamos, tu Tota no quiere que te
mueras… (Lo arrastra hasta sacarlo de
la cama) Vamos, un esfuercito.
(Lo va parando) Ya está. Ahora, a
jugar.
Tabo: (Vuelve a la cama, se arrodilla,
vuelve a coger las tijeras) Pues no voy a
jugar, Tota, no y no. (Cogiendo una
figura que representa a un nadador)
Tú también… ¿te acuerdas? (Eleva
la figura por encima de su cabeza)
Tota, tú también. ¿Cómo se llamaba?
(Piensa) ¡Paco! Hiciste horrores
con Paco. (Baja la figura) ¿Cuándo
años viviste con él? ¿Fueron cinco
o seis? ¿Y qué me dices de la cirugía
plástica que te hiciste? ¿Cuánto te
costó? ¿Y el auto que le regalaste a
Paco? ¿Qué me dices del auto?
Tota: (Histérica) ¡Silencio! Paco se
ahogó en el Canal de la Mancha. Paz
a sus restos. Pero ahora, solo quedamos
tú y yo. Tú y yo, y tú con
miedo, sí Tabo, con miedo de que te lo
enseñe, y si te lo enseño no
cuentas el cuento. Ven acá, que voy a
enseñártelo. (Empieza a caminar
hacia su cama dando zancadas muy
fuertes).
Tabo: (Gritando) Tota, no lo hagas. Te
pido perdón por haber mentado
a Paco. Paz a sus restos. (Suplica)
Déjame recortar mis figuras. Tota,
necesito quemar mucha gente. Si nos
ponemos a jugar no tendré
tiempo para recortar la revista entera.
Te prometo que no quemaré a
Paco. Lo juro. (Coge la figura y la
rompe en pedacitos) ¿Lo ves?..
Virgilio Piñera
EXCELENTE
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