viernes, 30 de septiembre de 2011

Las calles perdidas. Domingo Alfonso




Una de las voces más atractivas de la llamada generación del 50. Alfonso
Al igual que Heberto Padilla, Fayad Jamís o Carlos Galindo evoluciona desde una etapa inicial vinculada a la poesía neorromántica bajo la impronta de José Ángel Buesa, hacia la búsqueda
de una expresión más personal, acorde con las nuevas necesidades de la  promoción inmersa en un profundo cambio histórico
social que marcará de manera esencial su cosmovisión, su manejo del lenguaje.

Jesús David Curbelo



Imagen de OLPL


Vagando por las calles de mi triste ciudad

A veces, andando por esas calles perdidas
Un olor de pronto me recuerda la infancia;
Años oscuros, cuando trotaba por estas aceras 
donde aquellas casas hoy parecen caer.
Las gentes miran a los transeúntes sin esperanza
Yo mismo formo parte del paisaje de miserias.
 La ciudad y sus gentes son un turbio amasijo.
El polvo estruja las almas que no pueden volar.




En la muerte de Domingo Alfonso

Sobre los techos de la ciudad no se escuchan tus palabras;
ahora tus dientes muerden las raíces de los árboles nuevos.
Esta mañana no escuchaste las campanas de las iglesias,
ni oliste la tinta fresca de los periódicos,
ni conociste de la felicidad
del niño que empuja la pelota por encima de la calle:
porque la vida continúa
semejando una película sin principio ni final,
donde se suceden los protagonistas
y no se repiten dos veces las mismas imágenes.
Tú abriste y cerraste muchas puertas;
no tomabas la sopa, eras amigo de los ángeles;
pero esta tarde no puedes respirar ni toser,
ni peinarte los cabellos,
ni ver cómo en el espejo
se desliza tu figura,
ni a través de la ventana
contemplar el espectáculo de los edificios,
ni percibir la vida caliente de tu mujer
saltando desde su piel hasta tus dedos,
tus dedos que ya no tienen carne,
ni sangre tus ojos para mirar el dibujo de estas letras
formando las palabras de estos renglones
escritos por tus propias manos para tu propia muerte.






El espacio que separa la vida de la muerte

Para Pedro de Oraá

He observado la tarde.
Como naranja de luz rodaba hacia el borde de las 
          tinieblas,
y yo, inclinado sobre mi ventana
viendo la brisa que comenzaba a ennegrecerse
la comparaba con mi propia vida:
era un reflejo de mi casa y de mi esposa, en silencio a 
         mi lado.
Un toque de magia lo trastornaba todo
las sillas, el búcaro sin flores, el polvo sobre
          la cómoda;
todo se balanceaba como un péndulo que recorre
el espacio que separa la vida de la muerte.





Gente como yo

Gente como yo
transita diariamente  las calles,
toman café, respiran,
admiran los spútniks.
Gente como yo,
con nariz, con ojos, con problemas conyugales,
que toman un ómnibus
y un día de tantos
se duermen bajo tierra
sin que nadie se entere.


martes, 27 de septiembre de 2011

Desde mi lejanía. Pastor Pérez Rodríguez





Oh La Habana

" Pastor...mira la ciudad desde su lejanía,
no la penetra ni la habita, sino que la
 contempla en su conmensurado orden
arquitectónico, en el que se suceden
enormes edificios, vistos desde arriba o
en planos muy cercanos. Todo se
envuelve en el más inquietante silencio,
en el más profundo azul. Es una ciudad
inmensa o, tal vez, un gigante escenario
donde, de un momento a otro,
aparecerán los actores. .."

Liset Fraga


De lo fabuloso y casi real

"...Pastor, con estos lienzos 
no tan naturalistas como parecen,
denota que las ciudades son seres vivos,
imaginativos, fantásticos, en ocasiones
visitadas por ángeles transgresivos, irreverentes, lujuriosos..."

Jacinto Muñiz la Vallée.






























Desde este humilde blog, en el que tan solo hay lugar para las cosas bellas, quiero agradecer la inmensa generosidad de Pastor al permitirme publicar en el algunas de sus obras.

lunes, 26 de septiembre de 2011

El talento oculto. Pedro Consuegra

Imagen de Desireé Dolron



El Regreso

En tu suelo nací, Cuba querida,
Y gozoso viví bajo tu cielo,
Hasta que un día en que un áspero recelo
Mi ilusión derribó con su embestida.

De tus playas la amarga despedida
Fue en la ausencia un autentico desvelo…
Nunca pude olvidar tu alegre suelo,
Siempre en mí tu pulsión fue bienvenida.

Al volver a tu esplendido regazo
Quisiera suprimir en un abrazo
De aquella fuga la tenaz herida.

Para envolverte en mí cariño luego,
Y desechando todo agravio ciego
De tu orgullo ser digno en esta vida.






Imagen de Lázaro Sarmiento Sánchez





Nostalgia

El que no conoció la dulce Habana
De aquellos sin igual años cincuenta,
No puede comprender ni darse cuenta
Por qué fue capital de la jarana.

Una Habana en placeres soberana,
Feliz en carnaval, siempre contenta
Mestiza de zandunga y de pimienta,
Africana, europea y antillana!

Ciudad que conquistaba y seducía,
Tan pronto monacal, dura y bravía,
Como alegre, coqueta y campechana…

No existe de esplendor mejor ejemplo.
Por eso es que con lástima contemplo
Los que no conocieron esa Habana.












Boquita de cielo, carita de luna
Dulzura de azúcar, tu voz que acaricia
El tímpano envuelve con rara delicia
En grato preludio de alegre fortuna.

Tu piel es encaje de seda moruna,
Tus ojos reflejan ingenua malicia,
Y cuando te mueves con docta pericia
Mi savia desbordas en fértil laguna.

Gozosa resistes mis locos embates,
Sabiendo que de esos ardientes combates
Saldrás vencedora, triunfal amazona.

Sultana, zarina, reina, soberana,
Por saberte mía siempre cortesana
Se mantiene tensa mi brava tizona!



Pedro Consuegra nació en Camajuaní, un pequeño pueblo situado en el centro geográfico de Cuba. Destacado coreógrafo cubano que ha colaborado en varias de las coreografías más importantes del Ballet Nacional de Cuba. La poesía fue para el una pasión y desde la adolescencia no cesa de escribir y dedicarse a ella. Es un talento oculto ya que en pocas ocasiones ha hecho publica su obra. Espero que disfrutéis del talento oculto de este magnifico coreógrafo. 

domingo, 25 de septiembre de 2011

Para que no me olviden. Joaquin Blez

Lidia Dotres fotografiada por Joaquin Blez


Se hacía llamar el fotógrafo del mundo elegante. Por su estudio radicado en la habanerísima calle de Neptuno se daban cita personajes cuyos embellecidos retratos adornaban las páginas de la crónica social de su tiempo.
Sin embargo, su primera experiencia con el lente nada tuvo que ver con asuntos de tan alto copete como eran las favorecidas imágenes de su opulenta clientela, “en los papeles de la más fina calidad de la época, y con todos los retoques y dibujos a mano sobre el negativo que exigieran sus máximas: belleza, elegancia y decoratividad,” como afirma. Su establecimiento de la calle Neptuno fue considerado en sus días como “de primerísimo lugar tanto por la suntuosidad, como por la modernidad y perfección de la técnica que allí se aplica.
Josefina Ortega




Con el fotógrafo cubano Joaquín Blez Marcé, guardo una extraña relación. De niño me gustaba registrarlo todo, no había rincón que se me escapara. La inmensa casa de mis abuelos, era el sitio perfecto para encontrar cosas, incluyendo cosas que nadie sabia que existieran. Un día, oculta tras otra foto, en un cuadro que colgaba en la pared, encontré un desnudo de mujer y sin comentar nada, me apropie de el. Me gustaría mencionar lo útil que me resulto aquella foto, en tiempos en los que encontrar pornografía en Cuba era algo imposible. Ahora es una de mis más valiosas posesiones, y no solo por su valor mercantil.
Rogelio Portal




1920


1925


1920





Bebe Daniels


Greta Garbo